La razón de la creación no debería interferir o mejor dicho, nada debería interferir con el proceso natural que debería tener. Como una necesidad básica que no pide ni da explicaciones, ya que se alimenta de la parte incongruente de nuestro ser. Puede ser considerarse como un asesinato, el tratar de impedir esa descarga innata que algunos tienen y que forma parte de su crecimiento, desarrollo y desenlace. La marea constante de ideas suele inundar nuestra cabeza, y en una explosión orgasmica de creatividad, podemos desarrollar cosas que nuestra realidad muchas veces o casi todas, no nos puede proporcionar.
Por eso lo que tenemos esa inquietud tan desarrollada puede convertirse en una situación un poco traumática el no estar "atado" y no poder dar rienda suelta al cúmulo de sentimientos y pensamientos rezagados en nuestro inconsciente.
la primera
martes, 21 de abril de 2009
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la tercera

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