Las pasiones a veces no encuentran la razón, por más esfuerzo que hagamos siempre queda un indicio de esa peculiaridad que no a muchos no mueve por dentro y nos lleva a cometer actos ilógicos e irracionales. El estar convencidos de que podemos actuar bajo el mando de los sentimientos, nos deja agotados por esa lucha contradictoria de nuestro ser.
La verdad se refleja con la inmediata disolución de esa locura transitoria que llamamos amor, e incluso desamor. La constante no es variable dentro nuestro racionamiento cuando esta inundado de sentimientos estrechos. La lucha interna por controlar ese descarriado pensamiento nos lleva, en muchas ocasiones, a la inminente autocompasión.
la primera
miércoles, 1 de abril de 2009
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la segunda
la tercera

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