la primera

la primera

miércoles, 4 de marzo de 2009

¿Genética artística o percepción similar?

Hace algunos años descubrí dentro de las muchas cosas interesantes que uno se puede encontrar en las estanterías de las casa de los abuelos, un pequeño libro azul que llamo mi atención y que resaltaba de entre los libros amarillentos y desgastados que se encontraban en esa pequeña biblioteca. Por supuesto mi atención se centraba en ese ejemplar cada vez que pasaba por ese sitio, pero aún no se por que razón tarde algún tiempo en tener una acercamiento con el mencionado libro.

Un buen día, finalmente decidí no aguantar más la curiosidad y tome esa "extraña" edición que constantemente me hacía guiños para adentrarme en el. Cual fue mi sorpresa al abrirlo y entérame que el autor era de mi familia y con el que siempre he tenido acercamientos esporádicos cada cierto tiempo en diferentes circunstancias y momentos de mi vida, pero que siempre me ha atraído el halo artístico y de misterio que lo envuelve a él y a su maravillosa obra.
Al comenzar a introducirme en sus páginas me fui acercando a un mundo que no me era desconocido en lo absoluto, se trataba de una serie de relatos y recuerdos de su niñez y del entorno familiar en nuestro viejo barrio de Atzcapotzalco, donde yo también pase gran parte de mi infancia y que sigue siendo el lugar de residencia de mi familia más cercana.

Era increíble esa sensación de meterse completamente el la piel del autor, sobre todo cuando los personajes y los lugares son gente que conocí, que conozco o que simplemente siempre había escuchado hablar de ellos en esas interminables conversaciones con lo más viejos de la casa. No pude parar de leer y conocer un poco más de mis raíces y de la gente que de una u otra manera le da sentido a lo que llevo dentro y me inunda las venas de historias.

Sin embargo había dentro de sus páginas un relato que me llevó a un sitio que empezaba a olvidar, era la vieja casa de mis tíos abuelos en la cual yo había pasado muchos momentos mágicos explorando cada uno de sus rincones y que daba mucho juego en compañía de mis primos cuando éramos unos niños (de hecho uno de mis primeros acercamientos con la música fue en ese sitio, en un viejo almacén donde estaban recluidos los polvorientos instrumentos musicales de mis tíos cuando eran jóvenes) y explorábamos cada una de las muchas habitaciones que tenía la enorme casa familiar.

Cada párrafo de esa historia me hacía recordar casi las mismas sensaciones que describía mi tío, el autor, ya que sentía perfectamente cada una de sus palabras, por que yo también estaba seguro de haber tenido la misma percepción y sensación de los distintos recovecos de la misteriosa casa. Uno de los detalles que más me impresionó, era la maravillosa descripción que hacía del velatorio que mis tíos tenían en la parte superior de la casa junto a las habitaciones de las criadas y que posteriormente se traslado, tras la muerte de mi bisabuela a la parte de abajo junto a la entrada principal de la casa. Ese sitio lúgubre y tan "barroco" como podía serlo, con el imponente Cristo que casi cubría en su totalidad una de las paredes de la habitación y que al pasar por la entrada y con el efecto óptico que daban las veladoras rojas que perpetúas custodiaban el lugar, parecía que la figura te seguía con la mirada. Si, la verdad daba mucho miedo. Y sobre todo por que al final de ese enorme pasillo se encontraba el almacén que servia como sala de conciertos para los más pequeños y además era el lugar más alejado de la casa para ver con tranquilidad hoja por hoja las ediciones de Playboy de los 80´s.

A pesar de todo eran recuerdos agradables en mi caso, y no puedo negar que mi forma de ver las cosas empezó a cambiar a partir de leer algo de lo que de alguna manera me sentía parte de ello.

Hace algunos meses regrese a esa casa, y la verdad parece que el tiempo no pasa por ahí salvo por los años que se han quedado en los rostros cansados de mis tíos, todo lo demás permanece tal cual lo recordaba.

No puedo negar la influencia artística que me han dejado varios personajes y momentos familiares que ahora empiezo a reconstruir como piezas de un rompecabezas temporal, y que saltan como alarmas en mi cabeza y preguntarme si la poca herencia creativa que recibí comienza a manifestarse con más fuerza que nunca... o simplemente es una percepción empática con ese "Libro Azul" que tendré que recuperar en algún momento de mi vida por añoranza hacía mis primeros pasos en esto de relatar o para recordarme que debo seguir en esta andadura.

Con gran cariño y admiración para MZ

No hay comentarios:

la segunda

la segunda

la tercera

la tercera