¿Has sentido alguna vez como deja de latir tu corazón? ¿Has sentido como se va difuminando todo en lo que has creído? ¿has despertado después de un mal sueño con las ganas de salir volando?.
La día que morí por primera vez estaba sentado frente a la ventana, hundido en una silla azul que solo me hacía sentir cada vez más incomodo. Me fui desvaneciendo entre una bruma espesa que no me dejaba ver absolutamente nada. Todo estaba distorsionado, las luces parecían líneas amorfas sin sentido y sin trayecto.
Camine toda la noche por pasajes intentando recordad lo que había sido. ¡Nada!, todo estaba olvidado, me había transformado en "algo", no podía reconocer mi rostro, mis manos temblaban sin parar y escuchaba risas que no podía entender. Las palabras se convertían en ruido, un explosión en mi cabeza me hizo caer al suelo. Todo era tan intenso que no podía detenerme en pie. Solo veía una forma que anule en mi cabeza, quería sujetarme a ella, pero no pude, no tenía el valor de aceptar la derrota. Seguía sin conocerme.
Una herida profunda me hizo volver en mi, podía ver la sangre y el dolor, parecía como si cada parte de mi se fuera cayendo a trozos que no pude volver a colocar en su sitio. Nadie podía ayudarme, la herida era tan profunda que no pude más y la muerte fue inminente.
Es lo único que recuerdo de la primera vez que morí.
la primera
miércoles, 12 de noviembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
la segunda
la tercera

1 comentario:
Me alegro que hayas empezado a sacar y de esta manera toda la black wave interior, compadre, los mejores libros creo que son resultado de esfuerzos como este.
A lo mejor me puedo escapar este finde asi que avisame si vas a estar disponible porque nos podemos morir por cuarta vez pero del pedo que pillemos.
Publicar un comentario